Esteban Vicente se interesó también por el paisaje, dibujando lugares que formaban parte de su vida, en los que había vivido o por los que había pasado.
Parte de su vida estuvo creando junto a su jardín, y en homenaje a él nosotros nos perdimos entre la vegetación del museo para hacer estudios del natural.
El jardín fue el punto de partida y cada uno decidió pintar el detalle o la vista general.







Es muy diferente dibujar un jardín que atraparlo, así que recogimos muestras de cosas que nos interesaban del jardín e hicimos una colección de texturas, olores y colores.

¿Cómo se pinta lo que no se puede ver?
Nosotros hicimos algunas pruebas y descubrimos que era más difícil
pintar lo que escuchamos y sentimos que lo que vemos.
En el taller dibujamos sonidos como los de granos de arroz metidos en una lata y de pajaritos de agua. Dibujamos también algunas sensaciones como la tener sueño o estar enfadado.